CALLOS CON GARBANZOS
Esta va a ser una entrada un poco diferente.
El pasado viernes 23, nos despedimos para siempre de mi abuelo materno. Durante el trayecto de más de 5 horas en coche hasta su lugar de residencia, vinieron a mi mente multitud de recuerdos y momentos que compartí junto a él, insignificantes para todo el mundo, pero muy especiales para mí. Recordé los veranos que pasaba en casa de mis abuelos porque había sido mal estudiante y me tocaba hacer muchos deberes o recuperar alguna asignatura, o cuando me ayudaba con los trabajos que me mandaban en el colegio, o la primera vez que fui con él a dar la vuelta al meandro que hace el rio en el pueblo, o la primera vez que fuimos de excursión al castillo del pueblo, o cuando en catequesis me hicieron aprender el credo, y él se encargó de que me lo aprendiera ofreciéndome un regalo que recuerdo como si fuera ahora. Se trataba de 200 pesetas que gastamos en unos recortables de castillos, y entre los dos los montamos. En fin, miles de recuerdos.
Y por que os cuento todo esto? Desde que tengo uso de razón, a mi abuelo siempre lo he visto comer sin sal, sin azúcar, y cuidando bastante la alimentación, y siempre que venia a vernos, mi padre y yo lo llevábamos a comer unos callos con garbanzos en un bar que los hacían espectacularmente bien, y siempre decía “quins callos mes bons!!” (que callos mas buenos!!), aunque claro, si siempre comes todo sin sal y sin azúcar, comerte una ración de callos, debe ser la repera.
Así que en el viaje de vuelta, se me ocurrió que le podía hacer una especie de homenaje, y hacer unos callos con garbanzos que sé que le hubieran encantado, publicarlos en mi modesto blog, y dedicarle la receta.
Así que iaio, estés donde estés, espero que puedas disfrutar de esta receta, y decir aquello de “quins callos mes bons!!”
Ingredientes:
500 gr de callos
500 gr de garbanzos
2 cebollas
2 ajos
1 chorizo
1 morcilla
100 gr de panceta
Un vaso de salsa de tomate
1 cucharadita de pimentón
1 cucharada de harina
4 clavos de olor
Una pizca de comino
2 cayenas
Unas hojas de laurel
Aceite de oliva y sal
Preparación:
1 – Ponemos los callos troceados y limpios en una olla con agua, y añadimos también una cebolla entera con los clavos de olor clavados. Dejamos cocer durante unas dos horas.
2 – En otra olla con agua, ponemos los garbanzos (que tendremos en remojo desde la noche anterior) junto con unas hojas de laurel. Dejamos cocer durante una hora.
3 – En una sartén con aceite, sofreímos la cebolla y el ajo. Cuando la cebolla esté transparente, añadimos el pimentón y removemos bien. Añadimos rápidamente la salsa de tomate y el comino, y cocinamos conjuntamente.
4 – Añadimos el chorizo, la panceta y la morcilla al sofrito (todo cortado en rodajas). Cocinamos unos minutos, y añadimos la harina. Removemos bien para que se cocine la harina.
5 – Escurrimos los callos y los vertemos sobre el sofrito. Hacemos lo mismo con los garbanzos, y vamos añadiendo el caldo de cocción de los garbanzos hasta que la salsa esté a nuestro gusto.
6 – Añadimos las dos cayenas, y dejamos a fuego medio-suave durante unos 10-15 minutos. Listo para servir.
Espero que os guste.
receta poco elaborada demasiado tiempo para prepararla,para ser un buen cocinero necesitas simplificar y distribuir tu tiempo
Una emotiva receta. Querida Ana, la cocina debe tener alma, no solo buenos administradores de tiempos y procuctos. Se agradece al autor