Hoy hace un año que empezó mi andadura en el mundo de los blogs.

Fue aquí, en la misma mesa del mismo bar frente al mar, en el que estoy ahora mismo escribiendo esta entrada, donde hace justo un año, publiqué mis tres primeras recetas.

Cuando empecé, recuerdo que hubo gente que me animaba, pero también hubo gente que me decía que me iba a cansar en seguida y que era muy pesado y sacrificado estar siempre pendiente de un blog. No voy a negar que tienes que dedicarle tiempo, pero lo haces con todas las ganas e ilusión del mundo.

Pasado ya un año y viéndolo en perspectiva, no puedo recordar nada malo respecto al blog, al contrario, todos los pensamientos que me vienen a la cabeza son positivos. La ilusión con la que decides hacer una receta y tienes que ir a comprar los ingredientes, sin saber si te va a salir  o no, y cuando por fin la haces, y ves que te ha salido bien, hay que hacer la foto para subirla y escribir la entrada para publicarla en el blog. Todo ese proceso, aunque después no te leyera nadie, creo que a todos los bloggers nos encanta.

Después empezaron a llegarme comentarios de gente diciéndome que le gustaba mucho el blog y las recetas, y eso quieras o no, gusta muchísimo. Es verdad que (al menos yo) no haces un blog pensando en las visitas o el éxito que vas a tener, pero la primera vez que recibes un comentario agradable acerca del blog y no es ningún familiar o conocido, ese día te das cuenta de que todo el trabajo que conlleva el tener un blog activo, merece la pena.

Otra de las cosas positivas de este último año y creo que la más importante, es la gente que conoces.  El comunicarte por las redes sociales con gente, que como tú tiene un blog de cocina, o simplemente es un apasionado de la gastronomía como nosotros, no tiene precio, ya que aprendes muchísimo de todo el mundo y te das cuenta que, en realidad, somos todos como una familia dispuesta a ayudarse en todo momento (supongo que como en todos los ámbitos, habrá de todo, pero yo aún no los he encontrado…)

Pero lo mejor sin ninguna duda, es cuando conoces personalmente a esas personas. Y yo en ese aspecto no me puedo quejar, ya que he tenido el placer de conocer a un grupo de bloggers de Murcia, que más que unos compañeros a los que nos unen los blogs, parecemos amigos de toda la vida. Estamos todos los días en contacto, quedamos, charlamos, nos decimos los unos a los otros los buenos que somos… (hay que hacerse un poco la pelota también! Jajaja ). Y ha quedado demostrado que cuando alguien ha tenido algún problemilla o altibajo, allí hemos estado todos para ayudarnos, y eso, siendo un grupo que nos conocimos en febrero de este año, tiene mucho mérito. Me siento orgulloso y un privilegiado de participar en este grupo llamado Gastrobloggericos Murcianos y haber conocido a tanta gente maravillosa.

Quiero agradecer a mi familia, amigos  y en especial a mi mujer por su apoyo incondicional y paciencia, y a mi hija por regalarme cada día la mejor de sus sonrisas para alegrarme el día

Así que sin más, dar las gracias a todos los que algún día se han pasado por mi blog, y  todo el mundo que me ha ayudado en esta corta andadura,  que me parece a mí que va a ser más larga de la que algunos me auguraban en un principio.

MUCHAS GRACIAS